Como exploradores árticos y enamorados de la fauna, la naturaleza y los fenómenos de este extremo del planeta; nuestra misión es tender un puente entre nuestros expedicionarios y la naturaleza que estamos admirando. 

Hoy en día, la mayoría de nosotros vivimos alejados de los entornos naturales; ensimismados en nuestras interminables listas de tareas, viviendo a un ritmo frenético en nuestras ciudades. Se nos ha olvidado que el ser humano forma parte del engranaje natural de nuestro planeta. Se nos ha olvidado que el ser humano también es naturaleza. No acabamos de empatizar con nuestros vecinos no humanos porque no los comprendemos ni acabamos de entender cómo funciona nuestro hogar planetario. 

Como dijo nuestro querido Jacques-Yves Cousteau  «solo protegemos aquello que amamos, solo amamos aquello que entendemos y solo entendemos lo que nos han enseñado».

Por eso, creamos experiencias árticas que nos ayudan a reconearthtar con el planeta y conectar con nosotros mismos, entendiendo aquello que vemos a nuestro alrededor. El comportamiento de un animal, el funcionamiento de un ecosistema. El Ártico ofrece experiencias fuertes y aprendizajes que duran toda una vida. Su belleza es dura, dramática y salvaje, y lo que vivimos en él nos cambia para siempre.